MI GRANITO DE ARENA
Llegará, si la Tierra lo permite
y nos concede el tiempo,
a germinar la raíz de la utopía
que aporta nueva savia
engendrando retoños sin vileza.
Llegará cuando el pecho
no tenga en su cóncavo latido
un eco de caudales
y la soberbia del camaleón
-que mira con un ojo hacia el poder
y el otro a la riqueza-
deje de disfrazarse de limosna,
de palabras mojadas
y de gestos sin flor.
Llegará cuando el tirano acepte
poner freno a la piedra
que aplasta las sonrisas más humildes,
y desmenuza sueños inocentes.
En tanto, mientras llega,
nosotros, los poetas,
le echaremos arena a las bisagras
que mueven las conductas
de los que ponen yugos,
que chirríen sus conciencias oxidadas
para impedir su calma
y quebrar el descanso del injusto.
Primitivo Oliva escribió este poema en agosto de 2004